sábado, enero 26

Noche

Noche que me invades, me retuerces, me serenas.
Pareces resbalar por mi piel, negro intenso falto de color.
Oculta me penetras, te siento enredada en mi luz lejana... hazla brillar como luna, como estrella.
Siéntate en mi regazo, una invitación tan sincera como libre.
Quiero sentirte. Es cuando el orgullo se desinfla... suena como un suspiro, pero más fuerte.
Sólo queda lugar para todo. Nadie puede esconderse, camuflados estamos, por ella.
¿Cómo es que tan pura y espontánea te aferras al misterio?
Contaminada por nosotros. La culpa me invade, me tranquilizas.
¿Es que acaso te agrada el rencor que late dentro tuyo?
Tu sonrisa escapa inocente, sabiendo que el viento la conducirá al rincón más oscuro de aquel árbol gris...
Deja un enigma en su lugar.
No es mar, ni río. Laguna mojada que crece en mi mejilla.
Anaranjada me veo. 
Violeta y azul te tiñes. Entonces tengo la certeza de que acabará nuestro encuentro.
Diré que en silencio te esfumaste, aunque aún estés ahí.
Sin necesidad lo prometí, será nuestro secreto.